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Ficha del GO de mejora de la productividad y sostenibilidad de plantaciones de trufa negra mediante el manejo microbiológico de la rizosfera

La producción de trufa negra es un cultivo en expansión en Cataluña y posiblemente uno de los que presentan mas potencial económico, especialmente en zonas agrícolas con baja productividad. En este sentido, el cultivo de la trufa negra se desarrolla a menudo en suelos pobres, con bajo rendimiento de producción y dónde los árboles presentan deficiencias nutricionales y graves problemas fitosanitarios. Otro de los principales problemas a solucionar en truficultura, es la irregularidad de las cosechas, posiblemente debida a las condiciones subóptimas de producción, tanto en la fase de vivero como en la de campo. A diferencia del cultivo de árboles para biomasa o para el cultivo de frutas, en este caso trabajamos con una interacción mucho mas compleja entre el árbol y la rizosfera o zona de interfase entre la raíz de la planta y el suelo. No obstante, el incremento de plantaciones monospecíficas (generalmente encinas) puede provocar el incremento de determinadas enfermedades y plagas que disminuyen la producción de trufas. El manejo de la rizosfera puede contribuir a la mejora general del vigor de las plantas y su tolerancia a factores bióticos sin necesidad de aplicar productos fitosanitarios. En este proyecto valoramos la capacidad de diferentes substancias orgánicas y rizobacterias, algunas aisladas de truferas silvestres descritas por Vilanova et al (2013) con la intención de mejorar las condiciones bióticas y abióticas de la rizosfera, atendiendo a la presencia y disponibilidad de nutrientes, el desarrollo de la fase vegetativa del micelio de la trufa, la vigorosidad del árbol (estado nutricional) y control de patógenos. El seguimiento de la respuesta del hongo se realizará en colaboración con el IRTA, utilizando la tecnología y los resultados del proyecto piloto innovador , financiado por el Departamento de Agricultura de la Generalitat de Catalunya en 2013. Estas técnicas se basan en la PCR cuantitativa y nos permiten determinar la biomasa de micelio de una especie fúngica, en este caso Tuber melanosporum, en una muestra de suelo (Parladé et al. 2013). El seguimiento de la vigorosidad del árbol se realizará mediante análisis foliares de nutrientes. Con la finalidad de correlacionar la actividad bacteriana generada en el suelo rizosférico por la introducción de cepas bacterianas y los efectos sobre la planta y el hongo, se realizarán conteos iniciales y finales de mesófilos aéreos viables mediante siembra en placa en los medios selectivos adecuados.